Qué es internet

Hoy en día, Internet es algo que damos por sentado. Lo utilizamos para casi todo: comunicarnos, trabajar, aprender, comprar e incluso entretenernos. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué es Internet y cómo empezó todo? Si bien la mayoría de la gente lo usa a diario, no todos entienden cómo funciona realmente. Hoy vamos a explorar los orígenes de Internet, sus primeras funcionalidades y conceptos clave, y cómo esta tecnología ha evolucionado hasta convertirse en lo que es hoy.

¿Qué es Internet?

Podemos imaginar Internet como una gigantesca red mundial de ordenadores conectados entre sí. Estos ordenadores pueden comunicarse gracias a que utilizan un conjunto de protocolos o reglas comunes, conocido como TCP/IP. En términos sencillos, Internet es una «red de redes» que permite el intercambio de información entre millones de dispositivos en todo el mundo. Y aunque hoy la mayoría de las conexiones son rápidas y permanentes, en sus inicios las cosas eran mucho más complicadas.

Internet tiene sus inicios en los años 60, cuando el Departamento de Defensa de los Estados Unidos comenzó a desarrollar ARPANET, un proyecto destinado a crear una red de ordenadores que pudiera resistir ataques en caso de un conflicto militar. ARPANET fue la primera versión de lo que más tarde se convertiría en Internet. La clave de su diseño era un concepto llamado conmutación de paquetes, que dividía los datos en pequeños fragmentos y los enviaba por diferentes rutas hasta su destino, donde se reensamblaban.

Aunque ARPANET fue un avance significativo, en aquel entonces estaba reservada para un pequeño grupo de investigadores y militares. No fue hasta décadas después que Internet comenzó a abrirse al público en general.

Para que los ordenadores puedan hablar entre sí en una red tan grande, necesitan un idioma común. Aquí es donde entra el conjunto de protocolos TCP/IP (Transmission Control Protocol/Internet Protocol). Este protocolo estándar permitió que diferentes redes y sistemas operativos se conectaran y se comunicaran de manera efectiva. Fue un avance crucial, ya que hizo posible que cualquier ordenador en cualquier parte del mundo pudiera intercambiar información, independientemente de la plataforma que estuviera utilizando.

Hoy nos conectamos a Internet en segundos y sin complicaciones, pero a principios de los 90, la historia era muy distinta. La mayoría de las personas se conectaba a Internet utilizando módems que dependían de las líneas telefónicas. Estos dispositivos convertían las señales digitales del ordenador en señales analógicas que podían transmitirse a través de la línea telefónica. Una vez conectados, los usuarios podían intercambiar datos con otros ordenadores en la red.

Sin embargo, el acceso era lento y, a menudo, interrumpido. La velocidad de conexión de estos módems rondaba los 56 kbps, una cifra extremadamente baja en comparación con las velocidades actuales. Además, cada vez que querías conectarte a Internet, tenías que «marcar» un número de teléfono, lo que implicaba escuchar una serie de pitidos y ruidos de conexión. ¡Qué tiempos!

Internet, en aquella época ofrecía muy pocos servicios. Uno de los primeros que despegó en los inicios de Internet fue el correo electrónico. Antes de que existieran las redes sociales o las plataformas de mensajería instantánea, el correo electrónico permitía a las personas comunicarse de manera casi instantánea a través de la red. Este avance revolucionó la forma en que las personas intercambiaban mensajes, tanto en el ámbito personal como profesional.

El correo electrónico utiliza protocolos como SMTP (Simple Mail Transfer Protocol) para enviar mensajes y POP (Post Office Protocol) o IMAP (Internet Message Access Protocol) para recibirlos. Gracias a esta tecnología, los mensajes podían viajar por el mundo en cuestión de segundos, eliminando las barreras de comunicación que anteriormente existían con los correos tradicionales.

Antes de Facebook, Twitter o Reddit, las primeras comunidades en línea surgieron en los foros y grupos de noticias. Estos espacios permitían a las personas discutir temas de interés común, compartir información y conectarse con otros usuarios alrededor del mundo.

Uno de los primeros sistemas de grupos de noticias fue USENET, creado en 1980. En USENET, los usuarios podían publicar mensajes en grupos temáticos, leer respuestas de otros y participar en debates. Aunque la tecnología detrás de estos foros era rudimentaria comparada con las plataformas actuales, fue una de las primeras experiencias de interacción social en línea.

De hecho, el verdadero auge de Internet llegó en 1991, con la aparición de la World Wide Web (WWW), desarrollada por Tim Berners-Lee. La Web introdujo un concepto revolucionario: el hipertexto, que permitía a los usuarios navegar entre diferentes páginas web mediante enlaces. Este fue el primer paso hacia la creación de un espacio interactivo y visualmente atractivo, que facilitaba el acceso a la información.

Gracias a la Web, el acceso a Internet dejó de ser una tarea reservada para expertos y se volvió accesible para cualquier persona con un ordenador personal y una conexión telefónica. De repente, cualquier usuario podía crear o visitar sitios web en todo el mundo.

El lenguaje en el que se construyen las páginas web es el HTML (HyperText Markup Language), que permite estructurar el contenido y añadir gráficos, enlaces y otros elementos interactivos. HTML, junto con el HTTP (HyperText Transfer Protocol), que regula cómo se transmite la información entre servidores y navegadores, son las bases sobre las que se construyó la Web.

Para poder navegar por la Web, los usuarios necesitaban navegadores web, que son programas diseñados para interpretar el HTML y mostrar las páginas web de manera amigable para el usuario. El primer navegador web ampliamente utilizado fue Mosaic, que luego fue sucedido por Netscape Navigator y, más tarde, por Internet Explorer.

Estos navegadores hicieron que el uso de Internet fuera mucho más sencillo y visual. En lugar de escribir comandos complicados, los usuarios podían hacer clic en enlaces, ver imágenes y gráficos, y desplazarse por el contenido con mayor facilidad. Esto impulsó el uso masivo de Internet en los hogares y las oficinas.

En los primeros días de la Web, la creación de sitios web era una tarea técnica que requería conocimientos avanzados. Sin embargo, con el tiempo, herramientas y software como Apache, un servidor web de código abierto, facilitaron la creación y gestión de sitios web. Gracias a esto, pequeñas organizaciones, grupos de personas e incluso individuos pudieron lanzar sus propios sitios web y compartir información con el mundo.

La aparición de herramientas de creación de páginas web y la disponibilidad de software gratuito democratizó Internet. De repente, ya no solo las grandes empresas y universidades controlaban la red. Cualquiera con los conocimientos y recursos necesarios podía contribuir al creciente ecosistema de información en línea.

A este período inicial de la Web se le conoce comúnmente como Web 1.0. Durante esta etapa, la mayoría de los sitios web eran estáticos, es decir, consistían en páginas de información que no cambiaban ni interactuaban mucho con los usuarios. Sin embargo, esta etapa fue clave para sentar las bases de la experiencia en línea que hoy conocemos.

Los sitios web estaban llenos de texto, algunos gráficos básicos y enlaces a otras páginas, pero la interactividad era limitada. A pesar de esto, la Web 1.0 fue el motor del crecimiento de Internet, permitiendo que millones de personas accedieran a información y comenzaran a familiarizarse con este nuevo mundo digital.

A partir de ahí, la Web 2.0, 3.0, redes sociales, … pero ya hablamos de otra historia.

Por Antonio Mejias

Soy Antonio Mejias, “cyfuss” desde mis inicios en internet allá por el año 2000. Desde entonces, mi vida laboral ha girado en torno al mundo informático en todas sus variantes y a mis aficiones. Todas ellas muy diferentes entre si. Literatura, música, fotografía, deporte, ... Este tiempo he estado escribiendo relatos, blogs, manuales y algunos ebooks. Aunque actualmente estoy más focalizado en la escritura de libros de formación y en la grabación de los podcasts.

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